01 Jun ¿Qué sucede con los pasajeros conflictivos en un avión?
¿Alguna vez has coincidido en algún vuelo con un pasajero conflictivo?
Un pasajero conflictivo es aquel que no respeta las normas que existen a bordo, que se niega a seguir las instrucciones de la tripulación y que acaba perjudicando el ambiente y buen orden del vuelo. Hablamos de comportamientos que van desde el consumo excesivo de alcohol, faltas de respeto y amenazas a la tripulación de cabina de pasajeros (TCPs) y/o al resto de pasajeros, hasta alguna posible agresión a bordo. ¡No te preocupes si no sabes manejar estas situaciones, en nuestro Curso de TCP, te formamos para que puedas gestionar cualquier incidente!
Detectar este tipo de pasajeros es clave para evitar estas situaciones, pero lamentablemente no todos ellos son identificables antes de subir al avión, en ocasiones todo cambia precisamente cuando un pasajero sube a bordo del avión. Existen muchos factores que favorecen este tipo de comportamientos, desde el miedo a volar, los retrasos de los vuelos, situaciones de estrés, encontrarnos en un lugar con espacio limitado durante muchas horas, etc.
Entonces, si tras haber realizado el Curso de TCP y estar trabajando como Azafata de Vuelo nos encontramos en esta situación, ¿qué podemos hacer con este tipo de pasajeros? ¿qué documento nos protege de las medidas que podamos adoptar contra ellos? ¿hasta dónde permite llegar la norma? En el supuesto de que se inicie un procedimiento judicial ¿qué juzgados y tribunales se encargarán del caso? ¿qué leyes se aplicarán?
La respuesta nos la da el CONVENIO DE TOKIO de 1963 “sobre las infracciones y otros actos cometidos a bordo de las aeronaves”. Este es uno de los documentos más importantes del Derecho Aeronáutico, y forma parte de la asignatura de NORMATIVA del Curso de TCP.
Para empezar, el Convenio de Tokio de 1963 determina que, en el caso de que se dé un delito a bordo de un avión la jurisdicción, es decir, la competencia sobre estos actos le corresponde al estado en el cual está matriculada dicha aeronave, aunque existen excepciones que permiten que otros estados puedan solicitar la jurisdicción del supuesto.
Además, como el Convenio de Tokio no solucionaba algunos de los problemas que se deban al aterrizar en estados diferentes del de la matrícula del avión, en 2014 se firmó el Protocolo de Montreal. Con este protocolo se buscaba otorgar la jurisdicción al Estado en el que estaba previsto el aterrizaje del avión que, dependiendo de la gravedad, puede considerar la infracción. De esta forma, estas situaciones quedan más protegidas.
Otro de las cuestiones que considerar del Convenio de Tokio del 63 son las facultades otorgadas al Comandante de la aeronave. Antes de 1963, no se sabía muy bien hasta dónde podía llegar el Comandante con este tipo de pasajeros.
El Convenio de Tokio establece que el Capitán del avión puede:
- Exigir y autorizar a los TCPs que tomen las medidas razonables e incluso coercitivas (en contra de la voluntad de la persona) necesarias ante este tipo de pasajeros conflictivos.
- Ordenar el desembarco de los pasajeros conflictivos.
- Entregar a las autoridades competentes de dicho país al pasajero conflictivo e iniciar, si es posible, un proceso judicial.
Gracias a acuerdos como este se protege a la tripulación de cabina o TCPs, a los pasajeros, y se consigue velar por el buen orden y la disciplina a bordo e incluso se protege a la propia aerolínea, que puede solicitar una indemnización por los gastos en los que incurra como consecuencia del comportamiento indisciplinado del pasajero.
Conocer este y otros tantos documentos normativos aeronáuticos es parte del Curso de TCP. Todos ellos importantísimos para el desarrollo de la aviación y para el conocimiento de nuestros futuros tripulantes.
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