Consejos

El arte de manejar pasajeros difíciles

La interacción entre los pasajeros y los TCPs es una parte clave de la experiencia de vuelo. Aunque la mayoría de los viajeros disfrutan de un vuelo tranquilo y bien atendido, hay un grupo pequeño de personas que pueden hacer que el trabajo de los TCPs se complique. Estos pasajeros difíciles (impacientes, groseros o simplemente complicados), necesitan un enfoque especial. Saber cómo tratarlos de la mejor manera se ha convertido en una habilidad esencial que cada Tripulante de Cabina debe aprender y mejorar constantemente.

Los TCPs están entrenados para afrontar diversas situaciones, tanto de seguridad como de comportamiento. Sin embargo, la dificultad de tratar con pasajeros complejos radica en la naturaleza impredecible de las emociones humanas, que pueden desbordarse en un entorno cerrado y controlado como es una aeronave. Por ello, es crucial que cada Tripulante de Cabina tenga herramientas emocionales y técnicas para gestionar las tensiones de manera eficiente, manteniendo siempre la calma y el profesionalismo.

La importancia de la empatía y la escucha activa

Una de las estrategias más poderosas que los expertos recomiendan es la empatía. Los pasajeros difíciles no siempre son conflictivos por naturaleza; a menudo sus actitudes son el resultado de factores externos como el estrés, la ansiedad por volar, problemas personales o la frustración con los retrasos. Un TCP capacitado sabe que la mejor manera de manejar una situación tensa es simplemente escuchar.

La escucha activa implica ofrecer atención genuina a lo que el pasajero tiene que decir, haciendo preguntas que demuestren que se está comprendiendo su situación. Al validar los sentimientos del pasajero y ofrecer soluciones razonables, reduces la tensión. Por ejemplo, un Tripulante de Cabina podría decir: “Entiendo lo frustrante que debe ser esperar en estas condiciones. Permítame ver cómo puedo ayudarle a mejorar su experiencia”. Esta actitud tranquiliza al pasajero y ayuda a desactivar cualquier comportamiento agresivo o que vaya en aumento.

Mantener la calma en todo momento

La clave para manejar cualquier situación difícil exitosamente es la capacidad de mantener la calma. Los pasajeros pueden estar alterados por diversas razones, pero el Tripulante de Cabina siempre debe tener absoluto control de sus emociones. Las reacciones impulsivas o el desespero pueden hacer más grande el conflicto. Los expertos aconsejan que los miembros de la tripulación eviten involucrarse emocionalmente en las discusiones y mantengan una actitud profesional en todo momento.

Además, en muchos casos, la calma de los TCPs tiene un efecto contagioso. Si el Tripulante de Cabina se muestra sereno, el pasajero tiende a calmarse también. Por el contrario, si el personal reacciona de manera defensiva o demasiado emocional, el ambiente se vuelve aún más tenso y difícil de manejar.

 

Tener un protocolo claro para cada situación

El manejo de pasajeros difíciles no se basa únicamente en la improvisación. Los TCPs expertos sugieren contar con un protocolo establecido para cada tipo de comportamiento problemático. Por ejemplo, un pasajero que habla en voz alta y molesta a los demás debe ser tratado de manera diferente a un pasajero que está mostrando signos de violencia.

Los protocolos incluyen estrategias para comunicar reglas de manera firme pero respetuosa, hacer intervenciones discretas si es necesario o coordinarse con las autoridades del aeropuerto o la policía. En algunos casos, los TCPs recurren a técnicas de desescalamiento (ofrecer alternativas o soluciones que resuelvan los problemas de los pasajeros sin generar confrontaciones).

En vuelos internacionales o de larga distancia, los Tripulantes de Cabina están entrenados para manejar problemas culturales y de idioma. La diversidad cultural de los viajeros requiere que los miembros de la tripulación tengan una actitud abierta y flexible, que respeten las diferentes costumbres y creencias. La comunicación en un tono de respeto mutuo es crucial. Los TCPs deben buscar comprender las expectativas y necesidades del pasajero dentro del contexto adecuado.

Prevenir problemas antes de que surjan

El manejo proactivo es uno de los enfoques más efectivos para prevenir conflictos con los pasajeros. Los expertos sugieren que es más fácil evitar que un problema se agrave que intentar solucionarlo una vez estallado. Es vital que los TCPs brinden instrucciones claras y oportunas desde el principio del vuelo. Esto incluye: establecer expectativas en cuanto a las normas de comportamiento, política de alimentos y bebidas, y los servicios disponibles durante el trayecto.

A lo largo del vuelo, también se deben monitorear las interacciones entre los pasajeros. Si  un Tripulante de Cabina nota señales de incomodidad o de tensión entre los pasajeros, puede tomar medidas preventivas, como ofrecer un cambio de asiento o intervenir discretamente para evitar que el conflicto escale. En algunos casos, ofrecer a los pasajeros una pequeña cortesía, como un refresco extra o una manta adicional, puede aliviar tensiones y convertir una situación potencialmente conflictiva en una experiencia positiva.

 

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