Curiosidades

Cosas que solo pasan en aeropuertos internacionales

Si estás estudiando para ser Tripulante de Cabina o acabas de terminar tu Curso TCP, déjame decirte algo desde ya: los aeropuertos se van a convertir en tu segundo hogar. O en el tercero, si contamos los hoteles. Como TCP, vas a pasar muchas, muchas horas en terminales de todo el mundo. Vas a conocer cada rincón de los aeropuertos como si fueran tu propia ciudad. Y si hay algo que todos los Tripulantes de Cabina terminamos aprendiendo es que los aeropuertos internacionales son otro universo.

Hay cosas que solo pasan en los aeropuertos. Rarísimas, curiosas, divertidas, y algunas hasta un poco surrealistas. Lo bueno es que, con el tiempo, como Tripulante de Cabina, empiezas a verlo con cierta normalidad. Pero al principio, te quedarás con la boca abierta más de una vez.

 

Por ejemplo, los looks imposibles. Esto es de las primeras cosas en que te fijarás cuando empieces a pasar tiempo en aeropuertos. Hay quién se viste como si fuese a una gala de premios: tacones de vértigo, lentejuelas… Y justo al lado, alguien en pijama, con bata y zapatillas.

Otra escena habitual es la de la gente durmiendo en posiciones inhumanas. Tumbados en el suelo, apoyados en la maleta, encima de una mesa, en una esquina al lado de una papelera… Algunos se traen su almohada, su manta, y montan su propia cama entre dos columnas. Cuando eres Tripulante de Cabina, ves esto tan seguido que llega un momento en el que ni te llama la atención.

Y ya que hablamos de maletas… ¿sabes las cosas raras que la gente intenta subir al avión? Como TCPs, hemos visto pasajeros intentando embarcar con un jamón entero, una planta de interior, peluches gigantes,  y hasta una televisión de 32 pulgadas sin embalar. Para algunos, volar es la oportunidad ideal para transportar cualquier objeto, sin importar si cabe o no en el compartimento superior.

 

Una escena que se repite mucho (y que todo Tripulante de Cabina conoce de memoria) es la del pasajero despistado. Ese que corre por la terminal, maleta en mano, sudando como si estuviera en una maratón, y que llega gritando: “¡¿Este vuelo va a Nueva York?!” cuando el cartel dice claramente «Buenos Aires». También están los que se sientan tranquilos en la puerta equivocada y se enteran de su error cuando ya han cerrado el embarque. En esos casos, como TCP, toca respirar hondo, sonreír, y hacer todo lo posible para ayudar sin que cunda el pánico.

Pero una de nuestras favoritas es cuando la gente se cambia de ropa en los baños como si fueran su vestidor. Entran vestidos con ropa de  nieve y salen listos para las Maldivas: shorts, chanclas, gafas de sol. Otros se lavan la cara, se peinan, o se afeitan en el lavabo. Como Tripulante de Cabina, aprendes rápido que estos mini rituales forman parte del viaje de mucha gente.

También hay un fenómeno increíble que se vive en los aeropuertos: la mezcla de culturas y costumbres. En un aeropuerto internacional puedes ver a una persona rezando, otra haciendo yoga, un grupo comiendo sushi, otro bailando flamenco y alguien grabando un TikTok con música a todo volumen… todo al mismo tiempo. Para los Tripulantes de Cabina, esto es casi cotidiano. Y aunque a veces el ruido o el caos agoten, la verdad es que es una de las cosas más bonitas de nuestra profesión: ver cómo el mundo entero se cruza en un solo lugar.

 

Y no nos olvidemos de los anuncios por megafonía. Algunos son claros, otros no se entienden ni aunque estés justo debajo del altavoz. Como TCP, desarrollas una habilidad especial para descifrar esos mensajes por el tono. Si escuchas que cambió el ritmo de la voz o ves que la gente empieza a moverse, estás seguro de que algo importante acaban de decir.

Ahora, si hablamos de rarezas… hay que mencionar a los que viajan disfrazados. Hemos visto personas embarcando disfrazadas de unicornio, Pikachu, pirata y hasta de Elvis Presley. A veces es por una despedida de soltero, una fiesta de amigos, otras simplemente porque sí. Como Tripulante de Cabina, solo piensas: “Espero que pueda sentarse con esas alas puestas”.

Y aunque todo esto parezca gracioso (que lo es), también se viven momentos emotivos. Los reencuentros y despedidas en aeropuertos internacionales tienen una intensidad distinta. Gente abrazándose, llorando, corriendo hacia sus seres queridos… Como TCP, presenciar esas escenas a diario te recuerda por qué este trabajo es tan humano. Estamos rodeados de historias.

 

Y tú… ¿Alguna vez has soñado con trabajar volando y conocer aeropuertos de todo el mundo? Fórmate en Central Escuela Aeronáutica con nuestro Curso Tripulante de Cabina 360º, y en tres meses te habrás convertido en un auténtico TCP. Reserva tu plaza con nosotros, descubre un sector apasionante y en pleno crecimiento. ¡Te esperamos!

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